Jasejemuy fue el último faraón de la dinastía II y del Periodo arcaico de Egipto, gobernó de 2727 a. C. a 2700 a. C.
Figura como Dyadyay en la Lista Real de Abidos; se le cita como Beby en la Lista Real de Saqqara. Su reinado era de 27 años, dos meses y un día.
Fue el último faraon de la II dinastía que dejó el terreno preparado para la grandeza de la III y la IV dinastías, fue el primer faraón conocido que mandó hacer estatuas de sí mismo, porque anteriormente, las esculturas eran hechas en honor de las divinidades.
Aunque la paleta de Narmer le otorgue a este faraón la unificación de los dos reinos, Sin embargo, tras su reinado volvió una época de pequeño caos, en la que alto y bajo Egipto volvieron a divergir sus destinos, y el norte llegó a dominar al sur, también era un tiempo cuando los dos dioses más importantes de ese periodo se disputaban el excelso honor de obtener el papel principal.
Horus y Seth. Sobrino y tío, cuya interesante leyenda conocida como "La leyenda de Osiris", dios del más allá, padre del primero y hermano del segundo), Fue el dios Horus que tuvo importancia en las dos primeras dinastías, aunque Seth también fue el dios principal de Egipto durante el reinado de Peribsen, penúltimo faraón de la segunda dinastía, su sucesor fue Jasejemuy, quien zanjó por completo el desorden y logró controlar las dos tierras de una manera efectiva, este gran faraón del Alto Egipto consiguió reunificar el país a través de victorias militares sobre el norte, podemos encontrar eso en una inscripción bajo una estatua de Jasejemuy, se estiman las bajas enemigas en 47029. Posteriormente se casó con una princesa del norte, Hepenmaat, acabó con las rebeliones de los nomos del norte y a través de su enlace con la princesa Nemaathapy, procedente del Bajo Egipto, fortaleció su poder sobre todo el territorio. Se ve que al reunificar el país cambió su nombre Jasejem por el de Jasejemuy. Debido a la semejanza del nombre, muchos estudiosos ven en Jasejemuy una titulatura diferente adoptada después de la reconciliación nacional, que estuvo en inestable por la rebelión del sur.
Jasejemuy trasladó la capital a Hieracómpolis, en la zona sur del país, y fue la primera y última vez que Egipto era gobernado de esa ciudad.
Afirmó de nuevo el sentimiento nacionalista y restableció el culto a Horus, junto con el de Seth que Sejemib propagó durante la época de crisis. Fue enterrado en la necrópolis real de Umm el-Qaab, en Abidos; en la tumba de Jasejemuy se hallaron varios sellos con el nombre de Necherjet, que fue el responsable de los ritos funerarios (pudo haber sido su hijo o su yerno). Con Jasejemuy terminó la segunda dinastía, y el periodo arcaico de Egipto, o periodo Tinita.
Testimonios de su época
Construcciones
En el periodo de Jasejemuy se construyó el imponente recinto de Nejen (Hieracómpolis): el complejo de Jasejemuy es una estructura enorme conocida como Shunet el Zebib "el almacén de las flechas", ubicado en el desierto, a dos kilómetros de su tumba; es una enorme estructura rectangular de 123 por 64 metros, con muros de adobe de cinco metros de espesor y veinte metros de altura, y su decoración es en forma de fachada de palacio; aún hay en pie grandes paños de muro con unos 5000 años de antigüedad, dentro de este recinto fue descubierta una construcción escalonada que pudo haber sido precursora de la pirámide de Dyeser. Es una importante etapa evolutiva de los complejos funerarios del antiguo Egipto.
Se construyó un gran recinto rectangular, en el oeste Saqqara, llamado Gisr el-Mudir, que fue excavado en el decenio de 1990; tiene un muro de piedra esculpida con una altura de 4,5 metros en algunos lugares; la anchura de la base de los muros, de unos 15 m, indica que sería mucho mayor cuando se terminara. Todo el recinto mide casi 600 por 340 metros con una entrada en el lado sur. El relleno de piedra del interior del muro se data en la primera y segunda dinastías.
El lugar de su enterramiento es la tumba V en la necrópolis de Umm el-Qaab, en Abidos. La tumba es mucho más grande que la de sus predecesores y la cámara funeraria, la primera de este tipo, está fundada en piedra.
Las estatuas
Entre los restos de los edificios de Hieracómpolis fueron encontradas por J. E. Quibell, en 1898, dos estatuas sentados del rey con inscripciones que explican su éxito sobre el Bajo Egipto. Se consideran las primeras estatuas esculpidas en piedra que representan la figura de un faraón; una de ellas está en el Museo Egipcio de El Cairo, de 56 centímetros de altura, grabada en esquisto (JE 32161); la otra estatua está en el Ashmolean Museum de Oxford (AM 620.11).
Las inscripciones
La evidencia más antigua de inscripciones de un rey egipcio ubicada en la ciudad libanesa de Biblos pertenecieron a la época de Jasejemuy.